Por Patricia Montoya 5/8/09
El cine de Santiago Álvarez (1919–1998) no es transparente. Al contrario, esta lleno de rayones, brincos, borrones; las imágenes corren rápidamente y de pronto, bruscamente, se detienen; la película comienza nuevamente con o sin interrupciones; no se sabe. Sus documentales, semejan ensayos literarios o tratados de teoría en donde cada palabra, cada signo de puntuación carga un pesado significado. Cada imagen en su composición y cada corte --en ritmo y contraste de ángulos y perspectivas-- es un compendio de mensajes en donde aparentes contradicciones resaltan patrones ideológicos que a su vez conforman o construyen un discurso. Pero eso no es todo lo que se puede decir del trabajo del legendario director cubano quien, ha formado parte de la historia del cine con la producción de cortos documentales noticiarios o ‘newsreels.’
Para construir sus cortos, Álvarez uso técnicas que son aún innovadoras en el cine experimental: imágenes en movimiento, material de archivo y televisión, película tratada a mano o semidestruida, fotografías y material grafico de prensa, súper imposición y tipografía. Con una ecléctica selección musical creó múltiples capas de sonido que acentúan el ritmo de la edición y el contenido de las imágenes y con la cual reemplazó la voz narrativa. Usando los materiales que tenía a su disposición y armado con las sólidas teorías de montaje, cine imperfecto y reflexividad, que no hacen caso a las normas tradicionales de contar historias ni de documentar el momento histórico presente, Santiago Álvarez creó memorables sinfonías de ciudad y guerra.
Eran los sesentas y setentas del siglo veinte: se estrenaba la revolución Cubana. Era Vietnam, el movimiento de los derechos civiles en los E.U, la caída de Allende y la mutilación de Víctor Jara en Chile; eran los movimientos laborales peronistas en Argentina y las subsecuentes juntas militares con sus miles de desaparecidos; era la izquierda contra la derecha, un pie sobre otro, un tiro tras tiro. Eran tiempos violentos e inmensamente tristes. Estos selectos newsreels de Álvarez narran cómo fueron destruidos los sueños de generaciones enteras de aquello que ahora huele a viejo: Cuba revolucionaria y América Latina rebelde. Imagen y sonido tratados como notas de una música inconclusa.